Una de las ciudades más importantes del norte de Italia. Conocida por sus monumentos históricos y la moda, Milán se puede ver en unos pocos días, lo que la convierte en una ciudad perfecta para una pequeña escapada.

También es conocida por la huella que dejó en la ciudad Leonardo Da Vinci durante los 20 años que permaneció en ella y que queda patente en muchos de sus edificios y museos.
En Milán hemos estado los dos, pero en momentos diferentes, aunque nuestra opinión sobre ella coincide. No es la ciudad más bonita del mundo, pero merece la pena visitarla.
- Qué ver en Milán en una escapada de 2 ó 3 días
- ⛪ El Duomo de Milán
- 💵 Galería Vittorio Emanuele II
- 🛍️ El Cuadrilátero de la moda
- 🏰 Castello Sforzesco
- 🏛️ La Scala de Milán
- 🖼️ Santa María de Grazie
- 🚂 Museo de la Ciencia y Tecnología de Milán
- ⛵ Ver los canales de Milán: Barrio de Navigli
- 🏟️ Estadio de San Siro
- 🎒 Hacer una excursión desde Milán
Hemos querido destacar primero aquellos monumentos o lugares que visitamos y que creemos que debes incluir en tu ruta independientemente de los días que dediques a ver Milán.
Qué ver en Milán: Nuestros imprescindibles
Casi todas las visitas a Milán comienzan en la Plaza (Piazza) del Duomo, centro de la ciudad. En ella se pueden ver el Duomo de Milán y la Galería Vittorio Emanuele II, dos de sus monumentos característicos.

En el centro de la plaza se encuentra la estatua de Vittorio Emanuele II. Y en sus inmediaciones puedes encontrar algunos lugares que también pueden ser interesantes, como el Palacio Real de Milán, que actualmente acoge numerosas exposiciones.
Junto a la Plaza del Duomo, saliendo por su parte oeste, se encuentra la Piazza Mercanti. Una pequeña plaza muy chula que te recomendamos visitar.
El Duomo de Milán
Sin duda, el monumento más bonito y más conocido de Milán y una de las catedrales más grandes del mundo.

Es de estilo gótico y aunque comenzó a construirse en el siglo XIV, hubo que esperar hasta el año 1965 para verla finalizada. La verdad es que llama mucho la atención la cantidad de detalles que hay en su fachada.
Aunque el interior de la catedral es impresionante, lo que más nos gustó a nosotros fue subir hasta la parte más alta de la catedral.

Desde ahí se puede disfrutar de unas vistas maravillosas de la Plaza del Duomo, de los tejados de Milán y de cada uno de los detalles que hacen a esta catedral única.
Galería Vittorio Emanuele II
También situada en la Plaza del Duomo, en la parte norte de la misma. Está formada por dos calles perpendiculares en cuya intersección se sitúa una enorme bóveda.

Su techo combina el cristal con el hierro fundido, bajo él se encuentran las tiendas de las marcas más lujosas y restaurantes, algunos como el Café Biffi, con siglos de historia.

Este tipo de edificaciones son típicas de mediados del siglo XIX y muchas de las grandes ciudades europeas cuentan con galerías similares.
La galería conecta dos de los puntos neurálgicos de Milán, la Piazza del Duomo y la Piazza della Scala, por lo que es uno de los lugares más transitados por los turistas.
El Cuadrilátero de la moda
La ciudad de Milán es conocida internacionalmente como la ciudad de la moda. Estas calles son su máxima expresión. Tiendas, lujo y precios desorbitados para la mayoría de los bolsillos.
En concreto, las calles que componen el cuadrilátero de la moda de Milán son Della Spiga, Sant’Andrea, Manzoni y Monte Napoleone.

Aunque no tengas intención de comprar nada, merece la pena dar un paseo por ellas. Es una zona bastante llamativa.
Se encuentra a unos 15 minutos de la Plaza del Duomo, así que puedes acercarte cuando estés visitando esa zona de Milán.
Castello Sforzesco y alrededores
Construido en el siglo XIV, este castillo ha sido utilizado como fortaleza militar y residencia de la nobleza de la ciudad. Actualmente, acoge varios de los museos más importantes que puedes ver en Milán.

Entre sus muros se pueden encontrar elementos tanto del medievo, góticos y renacentistas como consecuencia de las diferentes reformas que ha ido sufriendo a lo largo de los siglos.
Se encuentra muy cerca del centro de la ciudad, por lo que perfectamente se puede ir caminando desde ahí. Aunque si te encuentras en otro punto de la ciudad, justo en la enfrente de la entrada al castillo hay una parada de metro.
La entrada al interior es gratuita, mientras que si se quiere acceder a los múltiples museos si que hay que pagar.

Tras visitar el Castello Sforzesco, puedes dar un paseo o aprovechar para descansar en el Parque Sempione, uno de los «pulmones» de Milán. Si atraviesas el parque, llegarás hasta el arco de La Paz.
Napoleón mandó construir este arco para rememorar sus victorias, aunque antes de que acabara su construcción, fue derrotado. Finalmente este arco representó La Paz entre las diferentes naciones de Europa.

En esta zona también se encuentra el Barrio de Brera. Un barrio muy bonito, perfecto para pasear por sus animadas calles y tomar algo. Quizás lo que más destaque de él sea la Pinacoteca de Brera. Si te gusta el arte, seguro que merece la pena una visita.
Hasta aquí sería lo que te recomendaríamos ver en Milán. Por su proximidad, todos estos lugares se pueden ver perfectamente en un mismo día.
Qué más ver en Milán
A partir de ahí, Milán ofrece un montón de actividades para hacer y lugares que visitar en función de los gustos de cada persona.
Ver una obra en La Scala de Milán
Se encuentra enfrente de la Piazza de La Scala, se accede a ella atravesando la Galeria Vittorio Emanuele II desde la Piazza del Duomo. Es cierto que el exterior del teatro no llama demasiado la atención. Pero en este caso, su importancia reside en lo que sucede en su interior.
Es uno de los teatros de opera más famosos del mundo. Nosotros no llegamos a entrar, pero si te gusta este tipo de espectáculos, ver una opera en este teatro tiene que ser una experiencia increíble. Puedes consultar su cartel y los precios de las entradas en la pagina oficial de La Scala de Milán.
Santa Maria de Grazie
Uno de los lugares más visitados de Milán y quizá te estés preguntando el por qué. Y es que, en su interior contiene una de las obras más importantes de Leonardo Da Vinci, la última cena. Te recomendamos acercarte a ella solo si quieres entrar a ver la obra. Nosotros vimos el monumento por fuera y la verdad es que no destaca demasiado.

El precio es de 12€, pero dada la cantidad de gente que va, es posible que si no la compras de manera anticipada no puedas acceder y en estos casos suele ser más cara.
Nosotros finalmente no entramos, la foto es de una replica que vimos.
Museo de la Ciencia y Tecnología de Milán
Uno de los muchos museos que se pueden ver en Milán. Quizás no sea lo más turístico, pero nos pareció interesante.
Se encuentra en el interior de un antiguo monasterio y en él se puede ver la evolución a lo largo de la historia en los diferentes campos de la ciencia y la tecnología.

Destacan en el sector del transporte, la primera locomotora de Italia y un enorme submarino.
También tiene un área dedicada a Leonardo Da Vinci en la que se pueden ver bocetos y maquetas de algunos de sus inventos.
Ver los canales de Milán: Barrio de Navigli
El Barrio de Navigli, es uno de los barrios más emblemáticos de Milán. Ambos visitamos la ciudad en pleno invierno, por lo que no pudimos disfrutar del ambiente que suele haber en sus calles. En todo caso y pese al frío, nos pareció un lugar perfecto para acercarse cuando llega el atardecer.
Este barrio sí que se encuentra algo más alejado. Si no quieres ir andando, puedes llegar en metro parando en Porta Génova.
La construcción de sus canales, se realizó en la Edad Media, con el fin de facilitar el transporte de mercancías, como el mármol con el que se construyó el Duomo. No fue hasta la renovación de los mismos (que llevó a cabo Leonardo da Vinci), cuando realmente supusieron un verdadero pilar para el desarrollo y la economía de la zona.
En la actualidad, la mayoría de los canales que hubo en Milán están tapados y solo quedan dos de ellos, el Naviglio Grande y el Naviglio Pavese.
Disfrutar de un partido en San Siro
Si eres amante del fútbol no puedes dejar de acercarte a este estadio histórico para este deporte.

En él, juegan cómo locales los dos equipos más importantes de la ciudad y dos de los más grandes de Italia y del fútbol europeo, el Inter y el Milán.
Tiene la particularidad de que cada uno de los equipos lo llama de una manera diferente. Para los seguidores del Milan es San Siro, pero para los del Inter se llama Giussepe Meazza.
Es un estadio bastante antiguo, ya que fue construido entre 1925 y 1926. Y en los partidos más importantes alberga a más de 80.000 personas.

Puedes hacer un tour por el estadio y visitar su museo, pero lo que te recomendamos es que si tienes la posibilidad, veas en él un partido. Los tifossi son únicos animando y el ambiente es espectacular.
Justo enfrente del estadio, en el hipódromo, se encuentra la estatua equina más grande del mundo, Il Cavalino. Fue encargada por el Duque de Sforza a Da Vinci, pero no llegó a finalizarla.

Gracias a sus bocetos, se pudo llevar a cabo en pleno siglo XX.
Hacer una excursión desde Milán
La situación geográfica de Milán hace que sea un punto de partida perfecto para conocer otras zonas del norte de Italia.
Si se dispone de varios días, conocer lugares como el Lago Como, las Cinque Terre o incluso Venecia son una estupenda opción. Hay excursiones de un día, aunque para ver bien esas zonas seguramente sea recomendable pasar alguno más.

En este caso, la elegida fue la vecina ciudad de Turín.
A veces, cuando visitamos un lugar, nos dejamos cosas de ver. En nuestro caso, si volviéramos a Milán hay dos sitios que incluiríamos en nuestra ruta: El Cementerio Monumental de Milán y la Basílica de San Lorenzo y sus conocidas columnas. Así que ya tenemos escusa para volver…estamos seguros de que en algún momento volveremos a pasear de nuevo por la Piazza del Duomo.